lunes, 19 de abril de 2010

Oxfam define estrategias para hacer posible la justicia y la equidad

Carlos Zarco

Quiero compartirles que los directivos de las organizaciones miembros de Oxfam Internacional, que provienen de 16 países, están reunidos en México esta semana, para analizar la evolución de nuestro trabajo y para perfilar mejor las estrategias y acciones para contribuir, de manera más eficaz a la superación de la pobreza en el mundo. 

Oxfam apoya procesos de desarrollo social en más de 100 países, canalizando cada año un poco más de un billón de dólares y tiene un vínculo de cooperación con alrededor de 3000 organizaciones nacionales y locales. A su vez cultiva alianzas con otras organizaciones internacionales como parte de un movimiento mundial a favor de cambio y de la afirmación de la dignidad y los derechos de todas las personas, especialmente de los más pobres y excluidos.

Estamos convencidos de que los cambios de fondo y duraderos descansan en el protagonismo de las mismas personas que enfrentan sus condiciones de pobreza y de discriminación de manera organizada. La experiencia y la evidencia empírica nos revela que es posible superar la pobreza; que la combinación virtuosa es tener una ciudadanía activa y un Estado eficaz. 

En esta reunión en México pondremos especial atención al análisis de los desafíos para mejorar la calidad de nuestra acción humanitaria, tomando como referencia nuestra experiencia en la atención de la emergencia en Haití. Afinaremos también nuestro aporte en la búsqueda de alternativas ante la crisis financiera mundial y frente a la crisis del cambio climático, reforzando la interlocución con el grupo de los 20 países que producen el 80% de la riqueza mundial, entre los que se encuentra México. 

Diversas propuestas se están analizando, a saber: la regulación y un impuesto a las transacciones financieras; el acuerdo global sobre un mecanismo financiero efectivo para las políticas de adaptación y mitigación frente al cambio del clima; una efectiva inversión en el campo y en especial en la agricultura a pequeña escala; la eliminación de los llamados paraísos fiscales donde se evade el pago de impuestos y se cultiva el lavado de dinero; el cumplimiento del compromiso de los países ricos de destinar el 0.7% de su PIB para la cooperación internacional, una democratización del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. 

Este año, México será sede de dos foros internacionales en el mes de noviembre: el Foro Mundial de Migración y Desarrollo y la cumbre sobre cambio climático. En este sentido, para Oxfam, el diálogo con el gobierno de nuestro país es fundamental. Si se quiere, México puede hacer la diferencia en ambos foros, contribuyendo a generar compromisos y mecanismos de seguimiento entre los gobiernos y dándole espacio y voz a la sociedad civil. Y si se quiere, México puede aparecer como nación, es decir conjugando los aportes del gobierno y de la sociedad civil. 

En estos días los delegados de Oxfam visitaron algunos proyectos sociales en Chiapas y en Querétaro y tendremos un seminario sobre la presencia de Oxfam en América Latina y El Caribe, destacando la importancia que tiene nuestra región para enfrentar los desafíos globales. 

Que hoy tengamos un Oxfam en México nos motiva a aprovechar la riqueza de la experiencia de la sociedad civil en otro países y nos invita a tener un rol activo, como país, en el concierto mundial a favor de la vida con justicia y dignidad.

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